Huevitos de chocolate a granel de Pascua 3,5 kg | A granel para Pastelería.
Bombones de chocolate a granel en forma de huevito y elaborados con chocolate negro, con leche y chocolate blanco, con 6 sabores distintos. Se presentan envueltos en papel foil con color distintivo.
INGREDIENTES: azúcar, grasa vegetal (palma, coco, girasol, karité, canola, en proporción variable), manteca de cacao, leche entera en polvo, pasta de cacao, dextrosa, avellanas, cacao amargo en polvo, leche desnatada en polvo, emulgente: lecitina de soja, aroma natural de vinilla. Chocolate negro: 50% cacao mínimo. Chocolate con leche: 34% cacao mínimo. Chocolate blanco: 24% cacao mínimo. Puede contener trazas de gluten y frutos secos.
PESO DEL BOMBON: 6 gr.
PESO NETO: 3500 gr.
Huevos de Pascua para detalles originales
Pero también, los huevitos de chocolate belga a granel, macizos y envueltos en papel foil. Un auténtico todoterreno para estas fechas. Igual sirven para rellenar “conchas” de huevos de chocolate, (como las que encontrarás en nuestro catálogo), como para rellenar bonitas bomboneras de loza o cristal … adornar tartas, pasteles o cupcakes … para venta a granel, para self service, colocadas en cestas, … para hacer originales monas de pascua, como base de otras figuras … Dan mucho juego, y este año están disponibles en 6 sabores con rellenos diferentes que reconocerás por el color del papel foil que los envuelven. Huevos de chocolate decorados.
Para la venta a granel de huevos de chocolate belga, te ofrecemos la cesta de 3,5 kgs de mini huevos de chocolate de 7gr y en 6 sabores surtidos. Una forma de poner a disposición de tus clientes, la venta al peso de estos deliciosos dulces de pascua.
El origen de los huevos de chocolate
La tradición de los huevos de pascua tiene su origen en los cristianos católicos que seguían la abstinencia de la Cuaresma y no podían comer, entre otras cosas, huevos… Pero las gallinas seguían poniendo, así que no quedaba más remedio que guardarlos. En unas semanas se conseguía una sobreabundancia de huevos a los que había que dar salida. Y por eso, una vez terminada la Cuaresma los regalaban. Ofrecer una cesta de huevos frescos era sin duda un magnífico detalle, pero si además los huevos se coloreaban o se pintaban se convertían en un auténtico regalo de pascua.
A partir del siglo XVIII, cuando la industria chocolatera consigue avances importantes en el manejo y tratamiento del chocolate, se empieza a vaciar los huevos frescos y a rellenarlos de chocolate. Más tarde llegaron otras formas: conchas, campanas, carruajes… copiando figuras de la escuela austriaca, con sus colores y formas.
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